miércoles, 9 de julio de 2008

EMBLEMA DE UNA NOBLE E INMORTAL INSTITUCION



Guardiaciviles en himno de gloria
ensalcemos la noble misión
orgullosos de ser lo que somos
los soldados de la abnegación.

domingo, 6 de julio de 2008

BIENVENIDOS AL BLOG

Estimados Gavilanos y amigos: Desde el 06 de Febrero del 2008, la Promoción de Oficiales GC "TC GC César Gavilano Gutiérrez", egresados del Centro de Instrucción de la BENEMERITA GUARDIA CIVIL DEL PERU el 18 de Diciembre de 1968, tiene un espacio en la red para expresar sus opiniones, vivencias, anecdotas, comentarios, noticias, colocar nuestras fotos actuales y del recuerdo, las de nuestras familias, en fin todo lo que consideremos importante de ser compartido por los gavilanos, sus familiares y sus amigos.

Este será nuestro nuevo punto de encuentro virtual, que complementa e integra las comunicaciones que hasta la fecha hemos mantenido a través de nuestros correos electronicos.

Este espacio virtual será de mucha utilidad este año que celebramos nuestro 40 aniversario de egreso (1968 - 2008), nuestras BODAS DE RUBI.

Los invito a dejar sus comentarios, enviar sus fotos, escribir los artículos que permitan enriquecer este blog que, hasta donde tengo conocimiento, es el primero de una promocion de la BGCP puesto en la red.

Gracias por su atención y, especialmente, por su participación.

¡ Unidos los gavilanos lo podemos todo !

Rodolfo Fernando DIAZ DIAZ

lunes, 16 de junio de 2008

HIMNO DE LA GUARDIA CIVIL DEL PERU

HIMNO DE LA GUARDIA CIVIL DEL PERU

CORO
Guardiaciviles en himno de gloria
ensalcemos la noble misión
orgullosos de ser lo que somos
los soldados de la abnegación.

I
De la Madre España la noble
benemérita institución
seguiremos sus vivos ejemplos
mantendremos su heroico blasón.

II
El honor ha de ser la Divisa
que ennoblezca en la lid nuestra fe
y alegre al Cuartel la sonrisa
con que vamos en pos del laurel.

III
El trabajo viril que fecunda
en los campos la pródiga mies
la agitada colmena en la urbe
y la aldea con su placidez.

IV
A la Guardia Civil la proclaman
del trabajo y del orden sostén
y por eso la Patria confía
que seremos heraldos del bien.

V
De la Nieve, del sol y los vientos
desafiamos su duro rigor;
por cumplir nuestra santa promesa
postulado de excelso valor.

HEROES DE LA GUARDIA CIVIL


Héroes GC - PNP

La historia de la Benemérita Guardia Civil del Perú (Hoy, integrante de la Policía Nacional del Perú) contiene innumerables páginas plenas de arrojo, valor y sacrificio escritas por sus hombres y mujeres, quienes todo lo dieron, incluso la vida, en defensa de la Patria, la Constitución y las leyes, entre los que destacan:


Alférez Mariano Santos Mateos: "El valiente de Tarapacá"

El valeroso cusqueño Mariano Santos Mateos, nacido en el distrito de Lucre, provincia de Quispicanchis, durante su mocedad, luego de ejercer varias profesiones ingresó, en 1875 a la entonces Institución de la Guardia Civil.
La Guerra del Pacífico encuentra a Mariano Santos prestando servicios en la ciudad de Arequipa. Con ese motivo pasó a formar parte de la tercera columna ligera de guardias, que se integró al Ejército del Sur.
El 27 de noviembre de 1879, en el fragor de la batalla de Tarapacá, el Guardia Mariano Santos arremetió contra el enemigo, bayoneta en mano, hasta llegar ante el abanderado, a quien le arrebató el estandarte del Regimiento Segundo de Línea; hazaña que incidió en la victoria sobre las huestes oponentes.
Las virtudes militares del Guardia Mariano Santos fueron reconocidas de inmediato por el Comando del Ejército del Sur.

Pasada la guerra, fallece el año 1900.

El Congreso de la República mediante Ley Nº 23316 lo declaró Héroe Nacional. Posteriormente, en reconocimiento a su heroísmo, el Congreso de la República dió la Ley Nº 27018 del 21 diciembre 1998, mediante la cual se precisa su jerarquía en la Policía Nacional, otorgándosele el Grado de Alférez.


Capitán GC Alipio Ponce Vásquez

Este valeroso Oficial, nacido en 1906 en el Distrito de San Lorenzo, provincia de Jauja, Dpto. de Junín, se inició como Guardia de esquina y ascendió hasta Sargento 1ro. recorriendo diversas comisarías de Lima y el Norte; luego fue Cadete de la Escuela de Oficiales, egresando como alférez GC en Enero de 1937.

Al producirse los sucesos de 1941 en la frontera norte, Alipio Ponce, a la sazón Teniente, fue destinado como Oficial de la Guardia Civil. Participó decididamente en la Batalla de Zarumilla, logrando notables victorias en las acciones de armas que culminaron con la toma de Quebrada Seca, Carcabón y Huabillos.
Fue en la toma del puesto de Carcabón donde Alipio Ponce, el 25 de Julio de 1941, al mando de un puñado de soldados de ingeniería y policías de su destacamento, tras una acción de sólo 25 minutos logró desalojar a las fuerzas oponentes, izando en el mástil la Bandera Nacional. Al día siguiente lanzó un sorpresivo ataque contra la posición de Huabillos, que el enemigo no pudo contener, el 11 de Setiembre de 1941 pereció heroicamente en acción de armas, durante una emboscada en la Quebrada de Porotillo (Ecuador), cuando su patrulla realizaba una misión de reconocimiento.
El Congreso de la República en mérito a su heróica actuación durante dicho conflicto, lo declaró Héroe Nacional mediante Ley No-24658, disponiendo además que sus restos reposen en la Cripta de los Héroes de la patria.

viernes, 16 de mayo de 2008

HORA GAVILANA

miércoles, 5 de marzo de 2008

CESAR VALLEJO: Breve reseña de su vida.

Coincidiendo con un visitante del blog, y complementando la entrada: Poesía Peruana, inicio breves reseñas de la vida de nuestras más significativas voces poéticas peruanas de la última centuria.


César Abraham Vallejo Mendoza
(Santiago de Chuco, 16 de marzo de 1892 - París, 15 de abril de 1938).

Poeta peruano considerado entre los más grandes innovadores de la poesía del siglo XX (fue, en opinión del crítico Thomas Merton, "El más grande poeta universal después de Dante").


César Vallejo: Un Poeta Universal
¿Ud. cree señor Vallejo que colocar una imbecilidad encima de otra es hacer poesía?
Estas palabras constituyen una de las muchas críticas que el ahora llamado Poeta Universal recibió en vida, y le pertenecen nada más y nada menos que a Clemente Palma, personalidad de las letras peruanas en la época en que Cesar Vallejo era un oscuro poeta provinciano, de aspecto enfermizo y ceño fruncido (el mismo que ostenta en la ya clásica fotografía), con motivo del envío (desde su natal Santiago de Chuco) del "Poema a mi amada":
Amada, esta noche tú te has sacrificado
sobre los dos maderos curvados de mi beso;
y tu pena me ha dicho que Jesús ha llorado,
y que hay un viernes santo más dulce que ese beso.

No es de extrañar, pues, que el mismo Vallejo manifestara: Volveré al Perú sólo cuando quede piedra sobre piedra.
Pese a ello, sus restos descansan en el cementerio de Montparnasse tal como lo dispuso su amada Georgette (la misma con quien mantuvo una tormentosa relación marital en los últimos cuatro años de su vida).

Sin embargo, la muerte nos regala milagros de vez en cuando; milagros como "Poemas humanos", "Trilce" o "España, aparta de mí este cáliz". Es que la escalada del "Cholo" por las escarpadas pendientes del dolor humano es una suerte de acrobacia suicida, de salto al abismo; y la ruptura formal acompaña el desgarro de un alma enferma de todo, del mundo y de sí misma.
Vallejo y el entorno intelectual de su época.
César Vallejo comenzó a relacionarse tempranamente -como Bachiller en Letras de la Universidad de Trujillo - (1915)- con destacados artistas e intelectuales: Víctor Raúl Haya de la Torre, José Eulogio Garrido, Alcídes Spelucín, Macedonio de la Torre, entre otros, integrantes de "Norte", grupo liderado por Antenor Orrego.
A aquella época febril, sacudida por cambios sociales, políticos (mayor influencia de las Fuerzas Armadas y progresivo deterioro de la oligarquía) e ideológicos (irrupción de la filosofía marxista y del psicoanálisis), corresponden sus primeros versos publicados.
Ya en Lima hizo amistad con Manuel Gonzáles Prada y Abraham Valdelomar, e integró el grupo "Colonida", gracias a éste último, enriqueciendo su visión del mundo a través del contacto con nuevas corrientes europeas.
A Gonzáles Prada -cuya muerte le afectó profundamente- le dedicó el poema "Los dados eternos": Para Manuel Gonzáles Prada esta emoción bravía y selecta, una de las que, con más entusiasmo, me ha aplaudido el gran maestro.
El Vallejo que comenzaba a beber ávidamente de las fuentes del marxismo, pronto comenzó a sentirse encerrado en ese círculo elitista que lo alejaba de las muchedumbres, lo aislaba de sus emociones (Mariátegui). "Colonida" no fue más que otra etapa, no menos importante que las que vendrían, que ahondó -luego de la muerte de su maestro Gonzáles Prada- la íntima desesperación y crisis permanente en que ya se encontraba inmerso el poeta.
Vallejo en Europa

A fines de 1923, el "cholo" viajó a Francia, donde llevó la difícil existencia del intelectual con los bolsillos vacíos. Para poder sobrevivir tuvo que dedicarse al periodismo y su producción poética se redujo sustancialmente.
Entonces, luego de algunas otras relaciones (entre ellas Henriette, una hermosa costurera con "lenguaje de cocotte"), apareció Georgette, quien vivía frente a la oscura pensión de Vallejo en la Rue Molière. Ernesto More, íntimo amigo del poeta en París, (...) el que vivió con él compartiendo mendrugos (...) fue testigo del luminoso amor del sudamericano pobre y la francesita venida a menos. Pero el romance no duró mucho luego del matrimonio (1934). Comenzó a transformarse rápidamente frente a las penurias económicas, agravadas poco después al decaer la salud del poeta. Por aquella época, la mujer que compartió los últimos cuatro años de ese hombre enfermo y atormentado llegó a confiarle a More: Yo siempre estoy sola, con Vallejo o sin Vallejo.
Se diría que Vallejo vivió tan cerca a la muerte que ésta pasó a ser -quien sabe en medio de la resaca de alguna madrugada parisina, cuando el dolor se junta con las ganas de abandonarlo todo, hasta la vida- su confidente. Tal vez fue ella quien le dictó este poema, inexplicablemente premonitorio:

Me moriré en París con aguacero
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París - y no me corro -
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.

Vallejo, tan humanamente cercano en su poesía y tan desaprensivo con los seres que lo amaron, murió el 15 de abril de 1938, en una lluviosa tarde parisina.

domingo, 10 de febrero de 2008

Poesía Peruana

Espacio dedicado a ofrecer, a los gavilanos y amigos, un panorama de las más significativas voces poéticas peruanas de la última centuria.

La poesía peruana es la más rica y variada del continente, esperamos que este espacio contribuya a su amplia difusión.


José Santos Chocano (Lima, 1875 - Santiago de Chile, 1934)


Blasón

Soy el cantor de America autóctono y salvaje:
mi lira tiene un alma, mi canto un ideal.
Mi verso no se mece colgado de un ramaje
con vaivén pausado de hamaca tropical...

Cuando me siento Inca, le rindo vasallaje
al Sol, que me da el cetro de su poder real;
cuando me siento hispano y evoco el Coloniaje
parecen mis estrofas trompetas de cristal.

Mi fantasía viene de un abolengo moro:
los Andes son de plata, pero el león, de oro,
y las dos castas fundo con épico fragor.

La sangre es española e incaico es el latido;
y de no ser Poeta, quizá yo hubiera sido
un blanco aventurero o un indio emperador.

La magnolia

En el bosque, de aromas y de música lleno,
la magnolia florece delicada y ligera,
cual vellón que en las zarzas enredado estuviera
o cual copo de espuma sobre lago sereno.

Es un ánfora digna de un artífice heleno,
un marmóreo prodigio de la Clásica Era;
y destaca su fina redondez a manera
de una dama que luce descotado su seno.

No se sabe si es perla, ni se sabe si es llanto
Hay entre ella y la luna cierta historia de encanto,
en la que una paloma pierde acaso la vida;

Porque es pura y es blanca y es graciosa y es leve,
como un rayo de luna que se cuaja en la nieve
o como una paloma que se queda dormida. . .



La canción del camino

Era un camino negro.
La noche estaba loca de relampagos. Yo iba
en mi potro salvaje
por la montaña andina.
Los chasquidos alegres de los cascos,
como masticaciones de monstruosas mandíbulas,
destrozaban los vidrios invisibles
de las charcas dormidas.
Tres millones de insectos
formaban una como rabiosa inarmonía.

Súbito, allá, a lo lejos,
por entre aquella mole doliente y pensativa
de la selva,
vi un puñado de luces como tropel de avispas.
¡La posada! El nervioso
látigo persignó la carne viva
de mi caballo, que rasgó los aires
con un largo relincho de alegría.
Y como si la selva
lo comprendiese todo, se quedó muda y fría.

Y hasta mí llegó, entoncés,
una voz clara y fina
de mujer que cantaba. Cantaba. Era su canto
una lenta. . . muy lenta. . . melodía:
algo como un suspiro que se alarga
y se alarga y se alarga. . . y no termina.

Entre el hondo silencio de la noche
y a través del reposo de la montaña, oíanse
los acordes
de aquel canto sencillo de una música íntima,
como si fuesen voces que llegaran
desde la otra vida. . .

Sofrené mi caballo
y me puse a escuchar lo que decía:

-Todos llegan de noche,
todos se van de día. . .

Y formándole dúo,
otra voz femenina
completó así la endecha
con ternura infinita:

- El amor es tan sólo una posada
en mitad del camino de la Vida. . .

Y las dos voces luego
a la vez repitieron con amargura rítmica:

-Todos llegan de noche,
todos se van de día. . .

Entonces, yo bajé de mi caballo
y me acosté en la orilla
de una charca.

Y fijo en ese canto que venía
a través del misterio de la selva,
fui cerrando los ojos al sueño y la fatiga.
Y me dormí arrullado; y, desde entonces,
cuando cruzo las selvas por rutas no sabidas,
jamás busco reposo en las posadas
y duermo al aire libre mi sueño y mi fatiga,
porque recuerdo siempre
aquel canto de una música íntima:

-Todos llegan de noche,
todos se van de día.
El amor es tan sólo una posada
en mitad del camino de la Vida. . .

( De Fiat Lux)

Obras de José Santos Chocano:
- Iras santas (1895),
- La epopeya del morro (1899),
- Alma América (Poemas indo-españoles) (1906),
- Fiat Lux (1908),
- Primicias de Oro de Indias (1934),
- Oro de Indias (1940),
- Obras completas (1954)


César Vallejo (Santiago de Chuco, 1892 - París, 1938)


Los heraldos negros

Hay golpes en la vida tan fuertes. . .Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma. . . Yo no sé!

Son pocos; pero son. . . Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán talvez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre. . . Pobre. . . pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida tan fuertes. . . Yo no sé!


Masa

Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: "No mueras, te amo tanto!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Se le acercaron dos y repitiéronle:
"No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando: "Tanto amor, y no poder nada contra la muerte!"
Pero el cadaver ¡ay! siguió muriendo.

Le rodearon millones de individuos,
con ruego común: "¡Quédate hermano!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Entonces, todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadaver triste, emocionado;
incorporose lentamente,
abrazo al primer hombre; echose a andar. . .

Obras: Los heraldos negros (1919), Trilce (1922), Poemas Humanos (1939).



ABRAHAM VALDELOMAR (Pisco 1888 - Ayacucho 1919)

El hermano ausente en la cena de pascua

La misma mesa antigua y holgada, de nogal,
y sobre ella la misma blancura del mantel
y los cuadros de caza de anonimo pincel
y la oscura alacena, todo, todo esta igual. . .

Hay un sitio vacio en la mesa hacia el cual
mi madre tiende a veces su mirada de miel
y musita el nombre del ausente; pero él
hoy no vendrá a sentarse en la mesa pascual.

La misma criada pone, sin dejarse sentir,
la suculenta vianda y el plácido manjar;
pero no hay la alegría ni el afán de reir.

que animaran antaño la cena familiar;
y mi madre que acaso algo quiere decir,
ve el lugar del ausente y se pone a llorar. . .


Tristitia

Mi infancia que fue dulce, serena, triste y sola
se deslizó en la paz de una aldea lejana,
entre el manso rumor con que muere una ola
y el tañer doloroso de una vieja campana.

Dábame el mar la nota de su melancolía,
el cielo la serena quietud de su belleza,
los besos de mi madre una dulce alegría
y la muerte del sol una vaga tristeza.

En la mañana azul, al despertar, sentía
el canto de las olas como una melodía
y luego el soplo denso, perfumado del mar,

y lo que él me dijera aún en mi alma persiste;
mi padre era callado y mi madre era triste
y la alegría nadie me la supo enseñar. . .